Estaba bastante emocionado por ver a una de mis bandas favoritas. La noche se acercaba y, como un complemento a mi propio sentir, estaba lloviendo. No era una lluvia fuerte, pero definitivamente mojaba.
Llegué justo cuando la banda invitada, The Orange Boys, estaba terminando. Solo pude escuchar su última canción, pero espero poder verlos en el futuro.
Después de una breve espera, alrededor de las 9:30, se escuchó el bullicio y los chicos de The Buttertones salieron al escenario. Los gritos de admiración no se hicieron esperar: “¡Carlos, Carlos, Carlos!”.
La noche fue una mezcla de emociones, desde momentos tranquilos hasta frenéticos. Sin embargo, un sentimiento extraño se hizo presente canción tras canción.
Un detalle importante fue la tensión que parecían sentir las dos mujeres del grupo. Casi daba la impresión de que no querían estar allí. El público comentaba: “Esa morra no quiere cantar”. La energía entre ellas y el resto de la banda era muy contrastante.
Para mí, el momento más nostálgico fue durante “Darling, I Need Time But Don’t Really Know Why” y “Orpheus Under The Influence”.
La noche pasó rápidamente, aunque, siendo sincero, faltaron algunas canciones que, en mi opinión, habrían hecho perfecta la velada, como “Luna Estupenda” y “Nu Suave”. Tal vez para alguien más, el setlist fue perfecto.
La noche terminó temprano después de 21 canciones, incluyendo el ya clásico “Tu Cabeza en Mi Hombro” de Enrique Guzmán. The Buttertones, un referente del surf mexicano. 🙂↔️
Crónica por Israel Martínez
Fotos por @evilisrael_ para @heavenandhellmx