Arrancando con la Promesa del Rock Fresco
El domingo, el día de la clausura, exige una ruta con alto octanaje desde el principio. Mi warm-up comienza con Jet Vesper, una apuesta por el rock fresco y las propuestas emergentes que merecen ser descubiertas. Iniciar con un sonido potente pero aún en fase de crecimiento es la manera ideal de celebrar el espíritu de un festival que equilibra leyendas y rookies. Este set me dará la energía necesaria para afrontar el último y más duro día.
La Dosis Ineludible de Clásicos Alternativos
El camino a seguir me lleva al peso pesado de la tarde con Weezer. A estas alturas del festival, la necesidad de hits probados es alta, y el power pop de Rivers Cuomo es el combustible perfecto. Su setlist está garantizado para ser una celebración colectiva, un momento para cantar a todo pulmón canciones que son parte de la memoria musical de una generación. La euforia sin pretensiones de Weezer es el ingrediente mágico de la tarde.
El Momento de Transición y la Última Escala
Antes del gran final, la ruta permite un espacio de transición. Si el horario lo permite, veré a Damiano David en su faceta solista. Ser parte de su debut individual en este venue es una experiencia de vanguardia que no puede pasarse por alto. Su carisma escénico es innegable, y su show servirá como la última inyección de glamour antes de sumergirse en el nu metal que cerrará el festival.
El Cierre Épico: Rendición y Resiliencia
El destino final de mi ruta del domingo, y del festival, es el escenario principal para Linkin Park. La banda con Emily Armstrong al frente es la cita ineludible para el cierre. El viaje desde el rock emergente de Jet Vesper hasta la leyenda del rock alternativo es la metáfora perfecta del festival. El set de Linkin Park promete ser un acto de redención y un grito de resiliencia que dejará a todos con el corazón en la mano.