En un paisaje musical donde la autenticidad brilla como un diamante en bruto, Al3xis emerge como una fuerza indomable del indie rock, capaz de transmutar la vulnerabilidad en himnos universales. Su álbum Angry, Lonely, Tired (2020) no solo marcó un hito en su trayectoria, sino que se convirtió en un refugio sonoro para quienes buscan consuelo en las sombras de la psique humana. Entre sus joyas, destaca “GUM”, un tema que encapsula con maestría la anhedonia —esa paradoja de existir sin sentir— mediante melodías hipnóticas y letras que cortan como cristal.
Al3xis no compone canciones; teje narrativas audaces. En “GUM”, la artista desgrana la amarga sensación de masticar la vida hasta extraerle todo sabor, dejando solo el residuo vacío de la rutina. Su voz, entre susurros y estallidos controlados, se entrelaza con guitarras etéreas y ritmos pulsantes, creando un paisaje sonoro que oscila entre la desesperación y una belleza casi catártica. Es una pieza que no se escucha: se experimenta, se internaliza, se respira.
Cuatro años después, mientras Al3xis se alista para lanzar L3xistential —su próximo capítulo discográfico—, revisitar “GUM” es un ejercicio de conexión con el arte que trasciende lo efímero. Este tema, al igual que el álbum que lo alberga, no es solo música; es un espejo sonoro para quienes luchan en silencio, un recordatorio de que la fragilidad compartida puede ser, en sí misma, un acto revolucionario.
A los melómanos que anhelan profundidad en un mundo de sonidos superficiales: den una oportunidad a Al3xis. Descarguen Angry, Lonely, Tired en Spotify, Apple Music o Tidal, sumérjanse en la crudeza poética de “GUM”, y permitan que su arte les recuerde que incluso en la insensibilidad, hay un hilo de humanidad que nos une. La música no solo se escucha; se vive. Y Al3xis, con su honestidad descarnada, merece ser vivida.