por Israel Martínez
Fotos cortesia de Ocesa: Liliana Estrada
La cita era el sábado 8 de junio en la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, tendría una entrevista con el mismísimo Enrique Bunbury al finalizar el concierto que sería ahí mismo, en la curva 4 en el backstage.
Había tenido la oportunidad de ir a la conferencia que se realizó el día 9 de mayo en el Poliforum Siqueiros, ahí había despejado dudas sobre su salud, uno de los puntos más importantes para sus fans. Ahí noté la seguridad con la que se mueve, habla y observa, debo admitir que desde ese momento sentía muchos nervios de tan siquiera pronunciar una pregunta.
Ya era el día y estaba un poco nervioso, entrando al Autódromo comenzó a llover a cántaros, como se imaginarán, no traía paraguas y terminé empapado, solo podría imaginarme la mirada de Bunbury viendo el desastre que era y creyera que estaba muy poco preparado.
Comenzó el concierto, un poco tarde, una hora nada más, dio su magnífico show, no podía creerlo después de tanto tiempo podría verlo, podría describir cómo fue el concierto para mí, pero justamente, quería saber cómo lo había vivido él, desde arriba del escenario y como fan de México.
Al finalizar el concierto, me esperé 20 minutos en el backstage, sinceramente creí que no vendría, dentro de mí deseaba que dijera “estoy cansado, agendamos por Zoom”. Yo estaba sentado, la gente pasaba y regresaba, pero entre ellos de repente se sintió una presencia muy fuerte, de esas que te hace voltear, venía con una chamarra de piel negra, un sombrero y una copa de vino, era el mismísimo Enrique Bunbury.
Al momento de cruzar miradas, el representante que iba acompañándolo me dijo “ven, por acá”, caminamos entre las personas y me metí a su camerino, un espejo grande, varios sombreros, bastante ropa en un perchero, varias botellas de vino, unas vacías y otras llenas.
Me dijo “sentemos aquí, ¿cómo dijiste que te llamabas?”, nervioso y tratando de no trabarme le dije que “Israel”, me respondió muy sonriente y riendo, “Sí recordaba, pero no quería fallar”, tomó de su copa de vino.
La entrevista comenzó, y le pregunté cómo se sentía, él comentó que estaba con mucha energía antes de bajar del escenario, pero que al finalizar y relajarse, le empezó a entrar mucho sueño, casi listo para dormir, comenta que es normal, cada que siente esa adrenalina de estar en el escenario sabe que al terminar sentirá esa pesadez.
Se quitó el sombrero y recordé que quería preguntar sobre el grabado, él me dijo que fue un regalo de un amigo mexicano, no recordaba la fecha exacta pero que ya tenía sus años. El ‘Outfit’ no era casualidad, ya que buscó algo que combinara con el sombrero, por eso eligió los pantalones con un grabado particular.
Le pregunté sobre el show, cómo la había pasado, él me comentó que fue una experiencia única ver a la gente abarrotada en el “Autódromo Hermanos Gutiérrez”, noté que se había equivocado, pero estaba tan concentrado en sus palabras que simplemente dejé que pasara.
Dijo que a pesar de haber venido muchas veces, esta vez había sido especial, que casi se sentía como la primera vez, “Los Santos Inocentes (su banda) y yo estamos muy felices de estar aquí, sentir cómo corean las canciones, la energía que es única, me hace sentir más vivo que nunca, tal vez si en lugar de posponer la gira hubiera venido a México, me habría recuperado”, ambos comenzamos a reír.
Le pregunté sobre la lista de canciones del show, me contó que este setlist fue diferente ya que sentía que le debía algunas canciones al público mexicano, canciones de Héroes del Silencio que querían escuchar los fans, canciones de sus primeros discos, y también de los nuevos álbumes que descuidó un poco. Sin embargo, dijo que le encantó la respuesta del público ya que no había momento que no dejaran de cantar.
Le comenté que mientras veía el show, los fans que estaban a mi lado dijeron que estaba usando playback. Él comenzó a reír y me dijo que nada de eso, “sí hay una pista de apoyo en voz, pero solo eso”, agregó que Los Santos Inocentes también apoyan agregando voces, algunas una “octava” más alta y otros una más baja, para que el juego de las voces resalte, agregó que la pista de apoyo, justamente le ayuda a recordar la letra, para los casos que no puede ver las pantallas, que normalmente son las canciones más largas, “ya no tengo la memoria de hace 20 años”.
Comentó que estar en México siempre es una experiencia diferente, “tal vez regrese en el futuro, pero lo más importante era dejarlo todo el día de hoy”.
Después la entrevista se convirtió más en charla, donde hablamos de su nuevo vino, también hablamos sobre su vida amoroso, pero por la confianza que me dio, dejaré esto aquí.
Lo único que puedo agregar es que está enamorado del público mexicano, tiene un ritual bastante “peculiar” antes de salir al escenario, y que realmente espera poder seguir cantando y vivir más noches como está.